Leo por ahí que: El avellano fructifica lateral y terminalmente en ramas del año anterior, por tanto la poda debe estar dirigida a estimular una cantidad moderada de crecimiento nuevo en cada año.
Se irán desmochando los vástagos que surjan de la base y se irán reemplazando los ramos fructíferos conforme se vayan agotando.
Conviene realizar alguna poda para facilitar el acceso de luz al centro de la copa y así evitar que la plantas fructifiquen exclusivamente en la periferia.
Espero que el mío fructifique en abundancia, será cuestión de seguir estos consejos.
Veo también que existe una leyenda celta, según la cual en un bello manantial, había un pozo llamado Connla, bordeado por 9 avellanos del conocimiento. Las avellanas alimentaban a los salmones y por cada fruto que comíann, aparecían en sus fusiformes cuerpos unos bellos puntos irisados. El avellano era por tanto para los celtas el máximo exponente del mundo vegetal y su fruto es como la realización, cayendo en el río para simbólicamente fecundar al salmón, haciéndolo depositario del máximo conocimiento.
Así pues para los celtas, el avellano simbolizaba la sabiduría y era utilizado también para atraer la prosperidad y la fertilidad a las tierras y a la tribu.
Era un árbol sagrado y cortar uno de ellos llegó a estar castigado con la muerte, de hecho se cree que los druídas utilizaban varas de avellano tanto para labores adivinatorias como para (al igual que los zahoríes a lo largo de todo el mundo) encontrar agua, objetos perdidos y/o metales.
Y además, me ha hecho gracia conocer estas otras curiosidades:
- En Normandía (norte de Francia) se golpeaba tres veces con una vara de avellano a las vacas para asegurarse de que dieran leche.
- En Hannover (Alemania) era costumbre gritar “¡avellanas! ¡avellanas!” a los recién casados; además la novia repartía avellanas al tercer día de su boda, como símbolo de que el matrimonio había sido consumado.
- También en algunas zonas de Alemania los frutos del avellano se ofrecían a los recién casados en su noche de bodas y la expresión “romper avellanas” se utilizaba como eufemismo del acto amoroso.
- En Rusia era tradición que la suegra arrojase avellanas y avena a la cabeza de su yerno durante la celebración de los ritos matrimoniales.
- En Ciudadela (Menorca, Islas Baleares) los jóvenes arrojaban cáscaras de avellana a las chicas casaderas durante la festividad de San Juan (Beltane).
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