Si alguna vez dudas de la vida, sólo necesitas pasar un rato cuidando un jardín. Verás una gran diversidad. Dondequiera que mires habrá algún evento dinámico en curso. El olor de la tierra húmeda es extrañamente conmovedor, la vista de los árboles creciendo maravillosamente atractiva. No importa qué tan bien cuidado esté un jardín, hay constante entropía y desorden. Eso está bien. Así es como se supone que sea. Nuestros esquemas y nuestra estética son imperfectas. Nuestras mentes no pueden comprender la diversidad de la naturaleza. Dejemos que la naturaleza tome su curso variegado. La variedad es vitalidad.
Deng Ming-Dao

miércoles, 20 de abril de 2011

El riego

Preparar el riego es fundamental. Sobre todo en este huerto, que sólo se puede atender los fines de semana, y además teniendo en cuenta que de aqui en adelante, vendrán temporadas, semanas o días muy calurosos, en los que del aporte de agua  puede depender que las plantas prosperen o que se mueran.

Así que, entonces, riego programado, y goteros con agujerito justo donde luego se irán a plantar las variedades. Una vuelta especial de las mangueras sobre los frutales y sobre algunos arbustos y ya queda todo listo para colocar las plantas.

Importante sujetar las mangueras en los extremos con pequeñas estacas, y no olvidar dejar espacio suficiente entre las filas para hacer algún camino para pasar. Ya que, otras cosas que se deberían hacer, como por ejemplo los caballones y los surcos, no van a ser posible, por lo menos que el agua del riego se pierda lo mínimo posible.

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