Si alguna vez dudas de la vida, sólo necesitas pasar un rato cuidando un jardín. Verás una gran diversidad. Dondequiera que mires habrá algún evento dinámico en curso. El olor de la tierra húmeda es extrañamente conmovedor, la vista de los árboles creciendo maravillosamente atractiva. No importa qué tan bien cuidado esté un jardín, hay constante entropía y desorden. Eso está bien. Así es como se supone que sea. Nuestros esquemas y nuestra estética son imperfectas. Nuestras mentes no pueden comprender la diversidad de la naturaleza. Dejemos que la naturaleza tome su curso variegado. La variedad es vitalidad.
Deng Ming-Dao

jueves, 14 de abril de 2011

El ciruelo

Este árbol me encanta. Aunque sólo tengo uno. Durante este mes, se llena de preciosos racimos de flores, y entonces te crees que vas a tener un cosecha espléndida. Luego, a la hora de cuajar los frutos, puede que si.......o más bien puede que las condiciones ambientales hagan que todo se quede en la mitad o menos.
Creo que eso ha ocurrido este año, las ciruelas parece ser que quedarán claritas, pero como el árbol ya se ha hecho grande, seguro que algún kilo madurará. Aunque bueno, eso será, dentro de unos dos meses más o menos. Ahora, están así:


Como decía, la floración me gusta mucho sobre todo por la gran cantidad de flores juntas, blancas y rosáceas que le llegan a salir. Es precioso ver el árbol en esta época, y de no ser porque este año llovió cuando estaba en pleno proceso de polinización, tendriamos muchas, muchas más ciruelas. No le hemos dado ningún cuidado especial, así que, quizá sea hora de algún aporte de abono, quizá un poco de nitrógeno y de potasio.
Este árbol procede de Asia, y es bonito tenerlo en el jardín, porque además de los frutos, que están riquísimos, su valor ornamental es grande, tanto en primavera, como se ve, por las flores, como por los colores de sus hojas, después, en el otoño.

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